domingo, 9 de junio de 2013

Todos tenemos una historia.

¿Nunca te has preguntando por qué esa chica que se sienta delante tuya en el bus de línea tiene las muñecas tapadas? O ¿Por qué ese profesor siempre está de mal humor? O ¿Por qué esa anciana se sienta siempre en ese banco con la mirada perdida? Supongo que cada persona tiene una historia.Al igual que tú, y al igual que yo, no podemos pretender conocer a alguien, todo lo que es, lo que ha sido y por todo lo que ha pasado con una simple impresión de su imagen. Y sin embargo, mira a los demás, hablando por lo bajo cuando eres diferente a ellos. Míranos, todos ponemos el criterio de los demás antes que el nuestro.Y no me equivoco al decir que siempre está esa chica que dice que se odia, es gracioso, porque esa chica que dice que se odia tiene a diez chicos detrás suya, un cuerpazo acojonante y un egocentrismo enorme. Y sin embargo, esa chica que  no dice nada, que se sienta al final de la clase, que nunca dice que no, esa chica que siempre pasa desapercibida, esa que llora cada noche sola en su habitación, esa chica que todos critican porque es rara ¿La has oído lamentarse delante de todos lo desgraciada que es? ¿No, verdad? Pues es a ella a la que le tienes que decir que es preciosa, la que vale más que todos los imbéciles que la insultan o a los que la llaman rara. Es muy fácil hablar sin conocer, pero no es tan fácil aguantar todas las críticas. 

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