jueves, 17 de julio de 2014

Primera carta.

Nunca se me ha dado bien esto de intentar explicarme, pero ella me ha dicho que esta vez puede ayudar a sientirme mejor y, ¿Quién soy yo para cuestionarla? 
Siempre me ha costado empezar a soltar todo lo que tengo dentro aunque ahora te esté escribiendo y no mirándote a los ojos mientras te explico mis pensamientos, como solía hacerlo. Cada vez me siento mejor, o eso creo, ahora río mucho más, ¿Sabes? Creo que estoy siendo feliz, y tú más que nadie sabes que hace tiempo que dejé de serlo. Es una sensación agradable, echaba de menos despertar sonriendo y no dejar de hacerlo en todo el día.

Hoy he pasado por aquel bar, ¿Lo recuerdas? Siempre me paraba delante de él a colocar mi pelo despeinado, recuerdo que te quejabas cuando lo hacía, pero sonreías mientras te quejabas, era agradable, era extrañamente agradable. La verdad no sé por qué pero hoy volví a hacerlo, quizás esperaba volver a ver tu reflejo sonriendo detrás de mí, pero no, no lo vi. 

Cada día me acuerdo menos de ti, y prometí no olvidarte, no quiero romper más promesas contigo, sigo sintiéndome culpable por haberte fallado, prometí que sería contigo mi primera calada y no lo fue. Lo siento de verdad. Supongo que cuando te hice esa promesa no esperaba que tu fueras el motivo por el cuál querría fumar. Nunca me ha gustado fumar. Antes no me gustaban muchas cosas que ahora sí. ¿Por qué estoy cambiando? ¿A ti también te pasa? Me gustaría saber si tú también te estás volviendo más frío. No podría decirle "te quiero" a ninguna persona ahora mismo, ¿He dejado de sentir? Creo que sí, pero puede que lo necesitara. Nadie me había hablado de esto antes y no sé como reaccionar... 

Quizás te suene tonto, pero me gustaría poder saber si tú también sientes un golpecito pequeño en el pecho cuando te acuerdas de mí, aunque sea poquito y cada vez menos, me gusta pensar que aún te acuerdas de mí. Fuiste muy importante en mi vida, lo sabes, ¿Verdad? No quiero que lo dudes nunca, no me perdonaría que lo hicieses.

Hay gente, que nunca hubiera imaginado, que me está ayudando mucho, ¿Sabes? Como tú solías hacerlo, o bueno, lo intentan. Contigo era diferente, no importaba lo mal que estuviera el mundo fuera, o mi día a día, o mis notas, o cualquier otra cosa, sabía que en cualquier momento podía llamarte, o hablarte, y todo lo demás daría igual porque me hacías reír, me hacías muy muy feliz, ¿Recuerdas cuando yo lograba calmarte cuando nadie más podía? Me hacía sentir muy bien poder calmarte y hacerte reír. ¿Te he dicho alguna vez que tienes una bonita sonrisa? Creo que no, lo siento. 

Siempre te he sido sincera, y siéndote sincera ahora, no entiendo como pudimos volvernos fríos entre nosotros, porque te quise más que mi vida y antepuse tus necesidades a las mías, ¿Eras consciente de lo que significabas para mí? Eras literalmente yo, es decir, parte de mí. Ahora que no queda nada de eso dentro de mí me da mucha pena ¿Sabes? Porque éramos muy felices, y sí, también lo somos ahora, pero no de la misma manera, y no sé cual de las dos es mejor, pero tengo tiempo para aclararme. No sabía como empezar esta carta y ahora no sé cómo acabarla, ¡qué irónico! 

Creo que por último, voy a decirte que no sé de que manera se arreglará esto, quizás cada uno este mejor por su lado, pero confío en que de alguna manera, si existiera una sola posibilidad entre un millón de que volvamos a ser lo que éramos, el caprichoso destino haga que esa pequeña y única posibilidad ocurra.                             


                                                                                                    Otra vez.

                                                                                                                                



                                                                                                                                                      Paola.

No hay comentarios:

Publicar un comentario