¿Destino?

Creo en el destino. Permitidme explicaros el por qué de mi creencia, creo que me comprenderéis facilmente.
Tengo la certeza de que todo, absolutamente todo, por mínimo detalle que sea, ocurre por alguna razón, todo y repito, absolutamente todo, tiene un por qué y una razón para ocurrir. El ejemplo más claro para comprobarlo es el dichoso amor. ¿Cuántas relaciones han comenzado por mera casualidad? Si él hubiera llegado 5 minutos tarde, sólo 5 minutos tarde, no hubiera coincidido con ella en aquella cola para comprar su café de camino a un lugar poco relevante ahora, ella no hubiera tirado su café encima de su portafolios y por lo tanto ellos no se hubieran conocido. Pero, confiando en el destino, si dos personas están destinadas a ser, serán. Quizás ellos dos no se hubieran conocido en aquella cafetería ese día, pero quién sabe cuantísimas maneras tendría el destino de hacerlos ser. Cuando dos personas se separan, da igual de la manera que lo hagan, si de verdad están hechos el uno para el otro, hayarán el camino de vuelta que les llevará al otro y si nunca encuentran ese camino, es que nunca debieron estar juntos, pero no os preocupéis, todos nos equivocamos.
La duda que me persigue a cerca del destino, es si cada uno elige el suyo, personalmente, creo que no, creo que tenemos un destino y que simplemente podemos elegir las diferentes opciones y caminos que tenemos para llegar a él. Es curioso, porque aunque sea cierto que exista el destino, somos nosotros quienes llevamos las riendas de nuestra vida. Quien sabe si conoces ya a la futura persona con quien compartirás el resto de tu vida pero todavía no la conoces de esa manera, o si estás destinado a estar solo, o si nunca elegirás el camino que te lleve a esa persona.
Puede que esa decisión que parece insignificante pueda hacerte llegar a una fortuna, a tu felicidad, al mejor trabajo, a la mayor oportunidad o incluso al amor de tu vida.
Estoy impaciente por ver lo que mi destino me aguarda.